CAMARÓN QUE SE DUERME, SE QUEDA CESANTE

Definitivamente, me convencí. No basta sólo ser periodista con título y escribir "decente" para encontrar trabajo. Hay que ser proactivo, aprovechador de oportunidades y poseer un poco de la tan esquiva suerte para laborar, ya que en algunos medios de comunicación les importa un carajo si tienes problemas graves de redacción, pues con que tengas disponiilidad y ganas, es suficiente. Y por dos pesos de sueldo, ¿qué te pueden exigir? No hablo de picado y quedado, pero me inquieta que no haya un proceso acucioso para elegirnos. Te presentas y listo, un par de preguntas, escribes un párrafo y chaoooooo.......pónte a trabajar.
Y para qué tanta alaraca, si para enmendar los propios errores se encuentran los editores, los nunca bien ponderados gatekeeper.......
Saben, no quiero escribir más, sólo deseaba vomitar algunas palabras............Chau
Una modificación y respuesta a este artículo: Referente a los contactos, amigo Neco, tienes mucha razón. Poseer diversos contactos al momento de postular a algún puesto laboral ayuda, y de qué forma. Quizás lo obvié, pero gracias por recordármelo.

AQUEL MUNDO SURREAL

Fue nada más que un sueño, un extraño, casi imposible - según mis probabilidades - pero esperado sueño. El recorrido que hice hoy por mi imaginación rayaba casi lo ilógico, ya que mezclaba recuerdos del colegio, episodios donde aparecían familiares acompañados de personas extrañísimas y esa esperada ilusión que embargó hasta la fibra más íntima, y que desplazó, para mi felicidad, toda la incoherencia que apareció en el comienzo de este viaje mental.
Aquella mujer reconocible oníricamente se comportó como es en la realidad, sin embargo algo cambió. O dicho de mejor forma, yo transformé. Fui encarador y valiente, en el buen sentido de la palabra; me la jugué, gané y conquisté su corazón, algo que sideralmente contrasta con mi forma de ser.
No obstante, lo concreto es que esos aspectos ocultos de mi personalidad posibilitaron que esa relación imaginaria se concretase. No me acuerdo muy bien de cómo nos acercamos más de la cuenta, pero si como se desarrolló. No hubo resistencia entre ambas partes, todo "fluyó". Hubo atracción, y un afecto ya consolidado que me acercó a ella. Fui testigo, pero a la vez uno de los principales protagonistas de mi inconsciente.
Es claro que dejé todo sentimiento represor de lado y no me arrepiento. Disfruté de cada beso, abrazo y de cada entrega mutua. En el auto, de noche, caminando, recorriendo lugares, nunca separados y siempre de la mano. Nos acompañábamos y apoyábamos siempre. Nos dirigíamos a sitios desconocidos, amplios, pero con la seguridad de que permaneceríamos juntos, como dos almas gemelas y aventureras. Ella de ropa oscura y yo, sinceramente lo desconozco, pues les mentiría si les digo cómo me encontraba vestido.

La profundidad de sus ojos me tenía hipnotizado y me alentaba a acariciarla y entregarle un poco de mi persona. En tales momentos me desligaba hechizado de aquel entorno mágico y me concentraba solamente en ella.
No quería que ese sueño terminase y quería cobijarme sempiternamente bajo ese ilusorio idilio. En fin, la realidad trasvasija mis anhelos hacia la surrealidad. Puedo llorar y no quiero, me reprimo nuevamente. Bienvenido a tu palpable existencia.

PD: Quizás lo que le he relatado no es todo lo que soñé y más de algo lo estoy inventando, pero, ¿saben?, quería hacerlo porque mi corazón lo ordena. Nada más por eso. El suceso del colegio lo contaré en otro artículo.......

UNA PEQUEÑA REFLEXIÓN

Hasta el momento nadie ha emitido comentario alguno en mi blog. ¿Será por la poca difusión o realmente mis textos no interesan a nadie? ¿Será por mi nula creatividad? Bah………masturbaciones mentales. Qué más da. Entre tanto blog de diversa clase, el mío no tendría porqué ser el más leído ni el más entretenido. Además desde un principio dejé bien en claro que el sitio “Lluvia de Ideas” fue creado para el desahogo y no precisamente para ganarme el premio Nóbel de Literatura, por más exagerada y desmedida que suene la comparación. En todo caso, discúlpenme, pues no había otro simil en mi mente y no necesariamente expresa mi capacidad y nivel de autoestima. Lo que menos me considero es una persona soberbia.
Eso si, quiero decir que cada vez que escribo lo que menos hago es desahogarme, ya que hasta las más pequeñas creaciones son revisadas una y otra vez, lo que me tensiona, aunque suene paradójico. Me esmero en que mis escritos se entiendan. Es una tarea complicada y no exenta de dificultades, y más si un periodista está acostumbrado a un lenguaje repleto de tecnicismos, palabras raras y estructuras gramaticales preestablecidas. No pretendo ser un experto en lenguaje, pero tampoco espero quedarme con lo básico. Luz y progreso, sólo eso LUZ Y PROGRESO.
En fin, solo me queda apelar a los gustos y elección democrática de los cibernautas.